Más que un beneficio, un catalizador de productividad y bienestar

En un entorno empresarial marcado por la competencia global y el cambio permanente, la flexibilidad laboral ha dejado de ser una ventaja exclusiva para pasillos de empresas tecnológicas y se ha convertido en una palanca estratégica para cualquier organización que aspire a mantenerse competitiva y cuidar de sus colaboradores. No se trata únicamente de permitir el teletrabajo o ajustar horarios; es redefinir la manera de gestionar el tiempo, los resultados y la confianza, colocando a las personas—no al reloj—en el centro de las decisiones.

Numerosos estudios, como el de la revista Harvard Business Review mencionado en PsicoSmart (2024), demuestran que las empresas que implementan modelos de trabajo flexibles logran hasta un 25 % más de productividad, además de una reducción significativa del ausentismo y los índices de rotación. Sin embargo, la flexibilidad mal diseñada puede generar caos: equipos desconectados, falta de coordinación y la sensación de “siempre encendidos”. Para aprovecharla plenamente, se requiere un marco claro que combine objetivos, autonomía y responsabilidad.

El primer paso es sustituir el viejo contrato de horas por un acuerdo de objetivos y flexibilidad, este documento, pactado entre cada colaborador y su líder, establece:

  • Metas concretas con indicadores mensurables.
  • Horarios núcleo (por ejemplo, 10 a. m.–3 p. m.) para reuniones colaborativas.
  • Canales de comunicación (Slack, Teams, llamadas) y tiempos de respuesta.
  • Reglas de desconexión digital: franjas horarias libres de correo para proteger el descanso.

Este acuerdo se revisa cada trimestre, ajustando objetivos y formatos según el desempeño y las necesidades del negocio, así, la flexibilidad se convierte en un contrato vivo que crea seguridad y evita la ambigüedad.

Pero, un punto clave siempre serán los lideres, por eso debes formarlos en gestión de equipos distribuidos

La flexibilidad no funciona sin líderes entrenados en gestión remota y balance vida-trabajo. No basta con confiar: es necesario proveerles herramientas para:

  1. Dar feedback asíncrono: usar grabaciones de video/audio para revisiones de desempeño.
  2. Fomentar la cohesión: diseñar rituales virtuales o presenciales breves, como kick-offs semanales de 15 minutos donde cada persona comparte un logro.
  3. Detectar el riesgo psicosocial: capacitar en primeros auxilios psicológicos y en señales de agotamiento (aislamiento digital, bajón de entregas, irritabilidad).

Un líder que sabe gestionar la distancia construye equipos que se sienten acompañados y alineados, incluso cuando no comparten oficina.

Pero, antes de escalar la flexibilidad a toda la organización propón un piloto de 3 meses con un equipo representativo. Mide:

  • Productividad (cumplimiento de metas y calidad de entregables).
  • Bienestar (encuestas de clima laboral que incluyan preguntas sobre equilibrio vida-trabajo y desconexión).
  • Rotación y ausentismo.

Al cierre del piloto, analiza datos junto con el Comité de Convivencia Laboral y COPASTT, y documenta lecciones aprendidas, ajusta el acuerdo y capacita al resto de la organización con esos aprendizajes.

Y por último, no olvides integrar flexibilidad en el SG-SST

La flexibilidad laboral debe formar parte de tu Sistema de Gestión en SST, incorpora en tu matriz de riesgos:

  • Riesgo de conexión permanente: diseñar políticas de desconexión y pausas activas.
  • Riesgo psicosocial por aislamiento: habilitar espacios de socialización virtuales y presenciales.
  • Riesgo ergonómico: entregar guías de correcta configuración de espacio de trabajo en casa y ofrecer revisiones virtuales de ergonomía.

Al integrar estos ítems en tus indicadores de SST, garantizas una visión holística donde la productividad y el bienestar avanzan de la mano, la flexibilidad laboral bien implementada no es un regalo ni una moda: es un catalizador de productividad, innovación y compromiso. Al trasladar el foco al cumplimiento de objetivos y al cuidado de las personas, las empresas construyen culturas resilientes, capaces de responder con agilidad a cualquier desafío.

¿Cómo has diseñado la flexibilidad en tu organización? ¿Qué indicadores utilizas para medir su éxito y su impacto en el bienestar de tus colaboradores?

¡Comparte tu experiencia y aprendamos juntos!

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